Analizando éstos papeles, seguimos en el modelo clásico y tradicional, y poco se ha avanzado, en todo caso se debería actualizar en todas sus competencias permanentemente. Ahora bien, si el papel del docente va mas allá que de un simple almacén del saber (que no lo es), y en la sociedad de la información debe ser un formidable gestor de la misma, pero… ahí está el detalle, las clases siguen siendo magistrales casi en todos los centros de la educación superior, pues falta material didáctico. Entonces ¿Que se debe hacer? ¿El alumno seguirá siendo el paciente receptor? Me parece que el nuevo rol que desempeña el docente se ve limitado por las organizaciones, que solo tienen en mente la parte comercial.
Los profesionales de la educación deberán reorientar sus objetivos en función de la cultura circundante, así como sus procedimientos y técnicas, además de echar mano a un sin fin de recursos. Necesitan cambiar su manera de trabajar, tanto individual como en grupo, su relación con la organización del centro y la manera de acceder a la información que se necesite. A tenor de las actuales circunstancias tecnológicas, culturales y sociales, el profesor deberá responder a los objetivos de la educación de las generaciones del siglo XXI.
Profesor de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación
Departamento de Pedagogía Universidad de Castilla-La Mancha)